Surgió hace más de dos décadas de la mano de Terry, maquilladora en Yves Saint Laurent. Muchas veces la luminosidad sobre el rostro requería de ciertos tonos específicos de maquillajes, y al mismo tiempo del uso de un anteojeras que ofreciese resplandor a la mirada. Terry solucionó ambos problemas y el resultado fue un pincel que disimula imperfecciones, ofrece luminosidad y con el tiempo se ha convertido en uno de los cinco productos de culto según un sondeo en Marie Claire.
Recuerdo haber comenzado a utilizarlo hace mucho tiempo, tanto este producto como los famosos Meteorites de Guerlain. Son dos productos que siempre me han dado muy buenos resultados. En el caso de Touche Eclat, nunca me ha decepcionado y en más de una ocasión me ha permitido seguir toda un noche tal y como me maquillé horas antes, sin tener que recurrir a nada más que algún retoque de polvos en la nariz.
La firma YSL tuvo una gran idea al comercializar este producto, que al principio era utilizado en las sesiones de fotografía de modelos para revistas de moda.
Se puede encontrar en los concesionarios YSL y desde hace mucho tiempo ya es todo un clásico en el mundo del maquillaje, no sólo en YSL sino en muchos de los bolsos y trousses que llevamos a diario o en salidas especiales.
Al principio, se presentaba en una sola tonalidad, pero al cabo del tiempo se han desarrollado tres tonalidades más. Ofrece luminosidad y un rostro radiante, y es un producto que dejó atrás a otro de su época primera: la base Divinaura (que no Divinora) de Guerlain: un producto también innovador en su época, pero que, por lo menos aquí, ya no se vende.
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